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April 20, 2022
paisaje de un rio en américa latina

Los impactos severos a largo plazo de la COVID-19 podrían llevar a la pobreza extrema a 207 millones de personas más sobre las actuales proyecciones de la pandemia.

Foto: IStock

Los impactos severos a largo plazo de la COVID-19 podrían llevar a la pobreza extrema a 207 millones de personas más sobre las actuales proyecciones de la pandemia, lo que elevaría la cifra total por encima de 1.000 millones para el año 2030, según datos publicados hoy por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).  Este no es un escenario inevitable: con una serie de inversiones enfocadas hacia el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), 146 millones de personas saldrían de la pobreza extrema en comparación a la tendencia actual.

El estudio, resultado de la alianza de larga duración entre el PNUD y el Pardee Center for International Futures de la Universidad de Denver, evalúa el impacto de diferentes escenarios de recuperación de la COVID-19 en los ODS, y evalúa los efectos multidimensionales de la pandemia durante la próxima década.

Tenemos la oportunidad de invertir en una década de acción que no solo ayude a las personas a recuperarse de la COVID-19, sino que restablezca el camino al desarrollo de las personas y del planeta hacia un futuro más justo, resiliente y sostenible
Achim Steiner

El escenario 'línea de base COVID', basado en las tasas de mortalidad actuales y las últimas proyecciones de crecimiento del Fondo Monetario Internacional (FMI), resultaría en 44 millones de personas más viviendo en la pobreza extrema para el año 2030, en comparación con la trayectoria de desarrollo que llevaba el mundo antes de la pandemia.

En un escenario de 'daños elevados', en el que se prolongaría la recuperación, la COVID-19 llevaría a 207 millones de personas más a la pobreza extrema en 2030 respecto a la anterior línea de base, y aumentaría el número de mujeres pobres en otros 102 millones, concluye el informe. Este escenario de daños elevados considera que el 80 por ciento de la crisis económica inducida por la COVID-19 persistirá durante 10 años debido a la pérdida de la productividad, evitando una recuperación completa de la trayectoria de desarrollo vista antes de la pandemia.

El informe hace un llamado a los latinoamericanos para que comprendan la conexión entre todos estos factores y destaca un punto de entrada que puede servir para liberarse del bajo crecimiento y alta desigualdad: la implementación de sistemas universales de protección social que sean redistributivos, fiscalmente sostenibles y más favorables al crecimiento
Luis F. López-Calva

Las intervenciones sugeridas por el estudio combinan cambios de comportamiento a través de estímulos para los gobiernos y para los ciudadanos, tales como la mejora de la eficacia y la eficiencia en la gobernanza, y los cambios en los patrones de consumo de alimentos, energía y agua. Las intervenciones propuestas también se enfocan en la colaboración mundial para hacer frente al cambio climático, inversiones adicionales para la recuperación a la COVID-19, y la necesidad de un mejor acceso a la banda ancha y la innovación tecnológica.

El estudio también concluye que el 'empuje ODS' tiene un potencial significativo para impulsar el desarrollo humano en estados frágiles y afectados por el conflicto, dado que la mayoría de esas 146 millones de personas que saldrían de la pobreza viven precisamente en estos entornos, incluidos 40 millones de mujeres y niñas.

Este documento es el primero de una serie de informes que el PNUD publicará sobre el impacto de la COVID-19 en los ODS, enfocado en las implicaciones de la pandemia sobre la pobreza, la educación, la salud, la nutrición y la igualdad de género, también conocidos como objetivos 'de las personas' en la Agenda 2030. A principios de 2021, otras publicaciones informarán sobre los impactos en otras dimensiones de la Agenda 2030, centrándose en la prosperidad, la paz y el planeta.